• 22 de abril | Colegio Williams de Cuernavaca

    El desarrollo emocional de los niños comienza desde las primeras etapas, y es fundamental para su crecimiento, ya que le permitirá establecer relaciones exitosas con los demás, influirá en su desempeño académico e incluso en su salud mental.

    De acuerdo con la investigación Children’s Emotional Development Is Built into the Architecture of Their Brains, publicada por la Universidad de Harvard, a medida que los niños pequeños se desarrollan, sus experiencias emocionales tempranas se incrustan literalmente en la arquitectura de sus cerebros. 

    Por ello, es importante que durante la edad preescolar los niños pequeños aprendan a identificar sus emociones, esto puede llevarlos a tener un enfoque optimista de la vida y sobreponerse a las dificultades con mayor facilidad.

     

    Diferenciando las emociones negativas y positivas 

    Aunque ninguna emoción es “mala”, para que un niño aprenda a distinguirlas y canalizarlas es importante clasificarlas.

    Las emociones positivas son aquellas que dan satisfacción y generalmente están relacionadas con el estado de ánimo y los valores, la alegría o la emoción, por ejemplo, claramente son positivas, pero otras como la curiosidad también podría catalogarse de esta manera.

    Por otro lado, las emociones negativas son aquellas que hacen que el niño no obtenga sus objetivos y que causan daño en él o en los demás; por ejemplo, un pequeño en edad preescolar puede sentir celos de su nuevo hermano, lo cual afecta su autoestima y confianza.

    No obstante, es importante mencionar que todas las emociones se transforman, y dependerá del niño darles un enfoque positivo o negativo, puede ser que tu hijo no sepa darle nombre a lo que siente, pero al hablar con él podrá identificarla y canalizarla.

     

    Técnicas para volver una emoción negativa en una positiva

    Cuando surjan emociones negativas en el niño que alteran su estado de ánimo, los adultos deben permanecer tranquilos y poner en práctica las siguientes técnicas para que los pequeños se calmen: 

    1. Hacer respiraciones profundas. Se debe trasladar al niño a un espacio tranquilo, sentarse junto a él para que ambos respiren profunda y lentamente. Cada uno coloque su mano sobre el estómago para sentir cada inhalación y exhalación.
    2. Dibujar la emoción. Para que el niño enfoque su atención en otra cosa, puedes animarlo a hacer un dibujo sobre la acción que lo molestó, una vez que lo haya hecho pídele que describa su dibujo, así como lo que estaba sintiendo y pensando en ese momento.
    3. Expresarse de forma física. Si el niño está enojado puedes darle una almohada u objeto suave para que se exprese de forma física, en el proceso dile que describa lo que está sintiendo y pensando. Después explícale que eso mismo puede expresarlo con sus palabras sin la necesidad de recurrir a lo físico.

    En el Colegio Williams de Cuernavaca, nuestros alumnos aprenden sobre sí mismos, entienden sus sentimientos y cómo expresarlos, gracias a que enseñamos diferentes técnicas para enfocar sus emociones de forma positiva.

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